10 oct 2012

HIMYM: Un chicle que no da más de si

Como buen fan de How i met your mother que se preste, he atravesado diferentes etapas con la serie a lo largo de su historia: emoción, tristeza, diversión, aburrimiento, alegría, cansancio...una montaña rusas de emociones dependiendo del momento de forma que atravesase la serie. Pero siempre al pie del cañón, porque en las series, como en las relaciones, hay que hacer balance de vez en cuando para comprobar cuando una merece la pena. Sus personajes me tenían conquistado desde el principio, por lo que por el cariño que les tenía siempre he estado ahí, en los buenos y en los malos momentos.
Pero por supuesto, todo tiene un límite, y creo que lo están alcanzando en esta temporada.

Cuando nace una serie sus guionistas deben saber más o menos lo que nos quieren contar y lo que quieren hacer con sus protagonistas, aunque luego lleguen más pronto o más tarde a los objetivos que se habían marcado incialmente. Tengo claro que desde el principio sabían las diferentes etapas por las que querían que la relación de Marshall y Lily pasase, la maduración de ellos como pareja y sobre todo como personajes. Tengo también claro que querían que nos enamorásemos irremediablemente de Robin para que termináramos deseando que ella, y solo ella, pusiese fin a la soltería de Barney.
Así como estos cuatro personajes tienen su futuro trazado en mayor o menor medida, luego tenemos a Ted, el cual está claro que su final será conocer a la dichosa madre y formar con ella la familia ante la cual habla en el futuro.

Sabiendo todo esto de antemano, tragamos y tragamos con las diferentes relaciones que Ted nos va relatando, disfrutando siempre del camino, porque para qué negarlo, la importancia de esta serie está en el camino y no en el destino como en muchas otras. Pero aun con este, llega un punto en el que no podemos continuar tragando sin rechistar, masticando el mismo chicle una y otra vez a sabiendas de que ya no le queda sabor.
Es este precisamente el punto en el que nos encontramos, con la vuelta de Victoria a la vida de Ted como si de la segunda venida del Señor se tratase. Una relación que sabemos no va a ninguna parte, pero que se empeñaron en vendernos como algo grande al final de la temporada pasada, para lo que es peor, ahora ningunearla y quitársela de encima a las primeras de cambio. No, así no.

No voy a entrar a comentar nada de la omnipresente boda, entre otras cosas porque aunque parece una tierra prometida a la que nunca llegaremos disfruto enormemente con esos juegos temporales que intentan devolvernos a la gloriosa época inicial, aunque para no engañar a nadie diré que necesitamos avanzar pronto en la historia. Pero ya no solo en lo que a esta boda se refiere, sino a todas las tramas en general, por que ya todos los personajes se encuentran en un punto en el que no pueden dar más de si, no tienen evolución posible porque ya han alcanzado la madurez. Por tanto, deseo que esta temporada finalmente sea la última, coloquen todas las piezas en su sitio, las historias en su orden, y pongamos cara de una vez por todas a la dichosa madre.

1 comentarios:

mushu dijo...

Hace poco me puse a pensar y si Ted acaba con Robin? pero claro cuando Ted habla con los niños siempre dice tia Robin, pero y si los niños no son sus hijos? y si son hijos de Barney? no se me hago muchas preguntas creo, y creo que es porque espero que el final me sorprenda .. xD
Con esto y un bizcocho, sigo viendo tu blog!!

8 de noviembre de 2012, 17:46