31 ene 2013

La juventud de Carrie Bradshaw

Antes de que llegase a ser la afamada columnista sexual que conocímos en "Sexo en NY", Carrie tuvo un pasado en el que vivía junto a su familia en Conecticut. Es este antiguo universo, situado en los 80, el que nos presenta "The Carrie Diaries", la nueva serie de la CW.

A pesar de contar con un piloto un tanto discreto, y con las elevadas exigencias de los fans de "Sexo en NY", ha conseguido tomar forma en los dos episodios siguientes, dando como resultado una más que digna serie teen con pinceladas cada vez más notorias de su serie madre.
Una de sus principales bazas es contar con una protagonista capaz de recordarnos a la auténtica Carrie, capaz de hacernos ver en ella a la joven que posteriormente conocímos. No solo ya por su personalidad, sino por su gusto por la moda, por el ambiente neoyorkino, por sus convicciones, por sus dudas, sus reflexiones...precisamente estás últimas cada vez mejor empleadas, como tema transversal del episodio, seña de identidad de la original.

Superado el escollo de la identidad de Carrie, muchas dudas suscitaba también el ver cómo se desenvolvía la serie sin Charlotte, Miranda y Samanta, y hay que reconocerle el mérito de en solo un par de episodios estar construyendo una amistad con sus amigas del barrio que poco tiene que envidiar a las neoyorkinas anteriormente mencionadas. Y por si ellas fueran demasiado sosas, que afortunadamente no lo son, tenemos en su nueva amiga de Manhattan quien pondrá el puntito de fiestas, líos y glamour que Carrie necesita, no solo para sobrevivir, sino también para introducirse en la élite neoyorkina mientras define su propia personalidad, su propia voz.

Otro asunto que tampoco se ha descuidado es el tema de los chicos, aspecto fundamental en cualquier serie de estas características, pero más en esta, sobre todo en cuanto a lo que a la protagonista se refiere con una incipiente relación muy bien presentada y que promete ofrecernos muy buenos momentos. Y es que claro, quien puede culpar a Carrie de enamorarse de ese canalla con tal pelazo. Ahora lo de Mr.Big cobra más sentido.

Por ponerle una pega, que la serie no es perfecta, echo en falta un poco más de ese humor, en el tono, que caracterizó a "Sexo en NY", y por supuesto, me sobra muy mucho la hermana Dorrit ya que aporta cero a historia y personajes.

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